Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús. ‭‭Filipenses‬ ‭4:19‬ ‭(NVI)

Digamos que Dios te dio una promesa para el futuro. Tal ves no te dijo claramente cómo iba a ocurrir, pero sí te dijo que ocurriría: las cosas van a ser mejores, vas a llegar más lejos de lo que te imaginas, vas a ser un gran líder, vas a inspirar a muchos, vas a alcanzar a multitudes, etc.

Nos gusta saber que esos son los planes y los deseos de Dios para nosotros. Sin embargo, la verdad es que nos cuesta mucho creerlos. Por lo menos si eres como yo, cuesta mucho.

Y no es que no creamos en Dios o que El no tiene el poder para hacer lo que dijo. El problema es que no creemos en que Dios pueda hacerlo con nosotros. La parte que nos genera duda no es la parte de Dios, sino la nuestra.

Sin embargo, me parece que esto se debe a un error de sincronización: tendemos a juzgar una promesa futura basado en una realidad presente. 

La vida es un proceso, y la buena noticia es que Dios está comprometido con ese proceso. Puede ser que hoy no tengas todo lo que necesites para hacer lo que Dios te mostró que harás en el futuro, pero lo tendrás. Seguro lo tendrás. Sin embargo, no condenes tu futuro pensando en que como hoy no estás preparado, nunca lo estarás.

Cuando Dios te da una promesa acerca del futuro, no es para frustrar tu presente, es para potenciarlo. Ánimo, que Dios te tiene en sus planes y está comprometido con ellos.  

  

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