Toda persona tiene una historia. Cuando compartes con personas, tu forma de interacción está en función a la historia que conoces acerca de ellos.
Por ejemplo, si la historia que conoces de cierta persona es que tiene un carácter difícil y que reacciona mal a la retroalimentación, probablemente tu interacción con el o ella no incluirá hablarle acerca de sus áreas de mejora. O bien, si la historia que conoces de otra persona es que tiene buen sentido del humor, probablemente te comportarás más relajado en su compañía.
Todos tenemos una historia en creación y la contamos todos los días. Todas las personas que conocemos, interactúan con nosotros en base a la historia que les hemos contado con nuestras acciones y forma de vivir.
¿Alguna vez te has puesto a pensar qué historia estas contando con tu vida? ¿Crees que tu historia es consistente con lo que deseas hacer con tu vida?