El otro día pasé por el autoservicio de un restaurante de comida rápida. No fue sino hasta después de dictar mi órden y pasar a la ventanilla que el jóven de la caja me indicó que no podía cobrar con tarjeta de crédito, sino que únicamente con efectivo. Como se imaginarán, Murphy se aseguró que no llevara efectivo para poder comprar mi orden.

Creo que una de las cosas que puede marcar la diferencia entre un trabajo extraordinario y uno a medias es el alcance. A veces nos preocupamos sólo en producir y no pensamos intencionalmente en el alcance de nuestro trabajo y en cómo se recibe fuera de nuestra área de producción.

Los resultados son mágicos cuando pensamos fuera de los limites de nuestro cubiculo.

¿Cómo hacerlo? Debemos crear el hábito de adelantarnos uno o varios pasos en la cadena de trabajo, en vez de enfocarnos sólo en lo que nos toca hacer.

¿Cómo recibirá el cliente esta idea? ¿Cómo puedo adelantarme en ofrecer soluciones a los problemas que puedan darse? ¿Cómo puedo contribuir a hacerle más fácil y efectivo el trabajo a los que continuan lo que yo empiezo?

Hacer un buen trabajo ya no es suficiente. Tener el alcance para adelantarse a problemas y proactivamente solucionarlos antes que ocurran, eso es lo que hace a un profesional.

Comentarios (2)
  1. Muchas veces nos olvidamos de cuestionar y de aportar, y nos dedicamos sólo a seguir instrucciones. Esto depende mucho del liderazgo que tenga la empresa y la libertad que le dé a sus empleados para proponer y llevar a cabo dichas propuestas. Eso si, no nos debemos de conformar si sabemos que hay una mejor manera de hacer las cosas, y si no lo sabemos pero nuestra intuición no lo dice, hagamos algo al respecto y propongamos. Seamos proactivos y no reactivos.

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